Mucha diferencia se vio en la final de ida de la Copa Sudamericana, jugada en La Plata, Argentina. Por un lado un Estudiantes que comenzó con ganas pero que de a poco se fue apagando, terminando con un juego muy desordenado. En el otro, un Internacional de Porto Alegre que si bien no mostró todo su potencial, sí exhibió buen fútbol, pero por sobre todo inteligencia táctica y tranquilidad en los momentos precisos.Ingredientes que terminaron por darles a los brasileños una importante victoria por 1-0 y que los deja con la ventaja de cara a la definición a disputarse en Brasil en siete días más.
En el primer tiempo, Estudiantes salió con mayor ambición que los brasileños. El equipo de Leonardo Astrada tuvo las mejores oportunidades para abrir el marcador, mientras que Inter no lograba ajustar su estrategia de juego en el campo. Mucha intensidad en el encuentro, que tuvo varias amarillas e incluso la expulsión de Pablo Guiñazú, que hizo que por largos pasajes su elenco jugara con un jugador menos.
Pese a eso, no se notó diferencia. Estudiantes llegaba, pero muy errante, mientras que en el Inter, Andrés D'Alessandro se convertía en el director de las jugadas, como incentivado por tener al frente a un equipo de su patria. Así, los argentinos bajaron el ritmo.
Y en el minuto 33, una buena corrida de Nilmar terminó en una falta de Juan Manuel Salgueiro: penal para Inter que Alex lo traduce en gol tras batir al arquero Mariano Andújar y decretar el 1-0 con el que se fueron a descansar.
En la segunda fracción, parecía que Internacional seguía con once jugadores. La inteligencia táctica y el orden en todas sus líneas no dejaron a Estudiantes armar con comodidad sus llegadas, y así fue la tónica del encuentro hasta el final. 1-0 para Inter y la Copa Sudamericana que se acaricia; sería histórico: nunca un elenco de Brasil la ha ganado...


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