El 22 de julio de 1933 se jugó el primer partido del profesionalismo, entre Audax Italiano y Santiago Morning, abriendo cauce a una historia plagada de episodios, personajes y momentos memorables.
Hace 75 años rodó por primera vez la pelota, en forma profesional, en el fútbol chileno. En un frío 22 de julio de 1933, a las cuatro y cuarto de la tarde, el entrañable estadio Santa Laura fue el escenario propicio para albergar el primer partido que marcaba la naciente era del profesionalismo.
Audax Italiano y Santiago Morning entraron a la cancha ante un puñado de entusiastas hinchas que, dentro de las formalidades de la época, no imaginaban que eran testigos de un hecho histórico para nuestro deporte. El equipo itálico ganó por 3-1 al Morning Star, marcando la apertura de un torneo memorable que jugaron además Colo Colo, Unión Española, Green Cross, Santiago National, Magallanes y Bádminton.
Los tiempos, por cierto, han cambiado demasiado y el crecimiento ha sido sostenido hasta alcanzar los actuales niveles de profesionalización de la actividad. Y que no sólo se reflejan en cambios estructurales y en sumas millonarias enmarcando las transferencias de jugadores –el colombiano Macnelly Torres es un record con 2,2 millones de dólares-, sino también en la evolución increíble de los implementos esenciales del fútbol.
Por ejemplo, de la vieja pelota con correón, pesada y rugosa que “dejaba una marca en la cabeza cada vez que uno le pegaba”, según recuerda el entrenador José Santos Arias. O de los zapatos con caña alta y estoperoles clavados sobre los clásicos “puentes”. Y que devinieron tras 75 años de tecnología en un balón casi perfecto, de textura suave e impermeable, y de variados modelos para cada torneo. O en botines de todas las variedades y diseños que privilegian la anatomía del pie con la delicadeza de un calzado de calle.
Pero fundamentalmente han cambiado los escenarios, a partir del hito consagrado el 3 de diciembre de 1938 con la magna inauguración del estadio Nacional, y que tuvo sabor de victoria chilena con el 6-3 de Colo Colo sobre el Sao Cristovao.Después, hay muchas fechas, episodios y figuras que nutren el devenir del profesionalismo en Chile. Distintas etapas, diferentes protagonistas, épocas de fulgor y gloria.
Y también momentos de tono superlativo que, de pronto, resultan imborrables: como el 29 de diciembre de 1962, cuando se registra el mayor record de público de todos los tiempos. Universidad de Chile golea 4-1 a Universidad Catòlica en el Clásico Universitario y asisten al Nacional ¡85.268! espectadores.
Hace 75 años rodó por primera vez la pelota, en forma profesional, en el fútbol chileno. En un frío 22 de julio de 1933, a las cuatro y cuarto de la tarde, el entrañable estadio Santa Laura fue el escenario propicio para albergar el primer partido que marcaba la naciente era del profesionalismo.
Audax Italiano y Santiago Morning entraron a la cancha ante un puñado de entusiastas hinchas que, dentro de las formalidades de la época, no imaginaban que eran testigos de un hecho histórico para nuestro deporte. El equipo itálico ganó por 3-1 al Morning Star, marcando la apertura de un torneo memorable que jugaron además Colo Colo, Unión Española, Green Cross, Santiago National, Magallanes y Bádminton.
Los tiempos, por cierto, han cambiado demasiado y el crecimiento ha sido sostenido hasta alcanzar los actuales niveles de profesionalización de la actividad. Y que no sólo se reflejan en cambios estructurales y en sumas millonarias enmarcando las transferencias de jugadores –el colombiano Macnelly Torres es un record con 2,2 millones de dólares-, sino también en la evolución increíble de los implementos esenciales del fútbol.
Por ejemplo, de la vieja pelota con correón, pesada y rugosa que “dejaba una marca en la cabeza cada vez que uno le pegaba”, según recuerda el entrenador José Santos Arias. O de los zapatos con caña alta y estoperoles clavados sobre los clásicos “puentes”. Y que devinieron tras 75 años de tecnología en un balón casi perfecto, de textura suave e impermeable, y de variados modelos para cada torneo. O en botines de todas las variedades y diseños que privilegian la anatomía del pie con la delicadeza de un calzado de calle.
Pero fundamentalmente han cambiado los escenarios, a partir del hito consagrado el 3 de diciembre de 1938 con la magna inauguración del estadio Nacional, y que tuvo sabor de victoria chilena con el 6-3 de Colo Colo sobre el Sao Cristovao.Después, hay muchas fechas, episodios y figuras que nutren el devenir del profesionalismo en Chile. Distintas etapas, diferentes protagonistas, épocas de fulgor y gloria.
Y también momentos de tono superlativo que, de pronto, resultan imborrables: como el 29 de diciembre de 1962, cuando se registra el mayor record de público de todos los tiempos. Universidad de Chile golea 4-1 a Universidad Catòlica en el Clásico Universitario y asisten al Nacional ¡85.268! espectadores.

MEMORIAS DEL FÚTBOL
El 27 de mayo de 1933 se oficializa lo que se venía incubando hace años: los llamados “grandes” de la Asociación Santiago exigen la creación de una sección profesional. Como la respuesta es negativa, estos clubes, reunidos el 31 de mayo de 1933 en la sede de Bádminton, forman la Liga Profesional, que en mayo juega su primer Campeonato de Apertura. Allí estarían Magallanes, Colo Colo, Green Cross, Morning Star, Unión Española, Audax Italiano, Santiago National y Bádminton.
“Entre las ventajas del profesionalismo está la de que los jugadores deberán entrenarse y cuidarse para responder a las exigencias del público y a los sacrificios de las instituciones a las que pertenecen”, puede leerse en un artículo de prensa de la época.
El primer Campeonato Oficial se inicia el 22 de julio y lo juegan los ocho equipos santiaguinos antes mencionados, en una sola rueda. El campeón es Magallanes, que obtiene los siguientes resultados: 3-1 a Colo Colo; 4-0 a Audax Italiano; 3-0 a Santiago National; 2-3 ante Unión Española; 1-0 a Bádminton; 5-1 a Morning Star y 5-3 a Green Cross. Igualado en puntaje con Colo Colo (que había sido el campeón del Apertura), los “carabeleros” se imponen 2-1 en el partido final, jugado el 5 de noviembre de 1933.
Son años difíciles, en los que el amateurismo está anquilosado en la raíz misma del deporte. De esa manera, los clubes juegan en la temporada más partidos amistosos que por los puntos (era muy común, incluso, que tras un encuentro de campeonato el club derrotado jugase la revancha con su oponente). “Con alguna frecuencia se da, asimismo, que algún jugador llegue atrasado al partido.
Hay, entonces, una formalidad del profesionalismo, que es el pago por actuar a los jugadores. Pero no hay estructura ni mentalidad. Esta sigue siendo profundamente amateur (…) Se cursan apuestas para más de algún encuentro (…)
El campeonato, en sus primeras versiones, es sólo una parte, y no la más importante, de la temporada. Siguen siendo los desafíos amistosos y los ‘intercities’ lo más atractivo. Magallanes, en 1933, juega siete encuentros por el campeonato y 29 amistosos (…), entre el 12 de febrero y el 30 de diciembre (…)
En 1935 la Sección Profesional acepta postergar la segunda rueda para septiembre, a petición del Morning Star y del Santiago, que piden jugar un torneo relámpago para probar a sus adquisiciones. Sigue siendo, durante un buen tiempo, efectivamente, fútbol amateur”, reflexiona el periodista Edgardo Marín en su libro “Centenario, historia total del fútbol chileno: 1895-1995”.
EL PRIMER TRICAMPEÓN
Magallanes no sólo se consagra en el primer torneo, sino que repite en 1934 y 1935. En ambos laureles sus grandes rivales son Audax Italiano y Colo Colo. En el certamen del ’34 la gran novedad es la incorporación -por exigencia de la Asociación Santiago- de tres clubes amateurs: Carlos Walker, Ferroviarios y Deportivo Alemán, mientras los “aguerridos”, como también les dicen a los “carabeleros”, comienzan como una tromba: en las primeras fechas golean 11-0 a Morning Star y 14-1 a Santiago National, y aunque luego igualan 3-3 con Audax, se consagran de manera invicta y 10 partidos ganados.
En el ’35 ya no están los amateurs y se juega por primera vez un torneo a dos ruedas. Esta vez el campeón pierde sus dos partidos contra Colo Colo (2-1 y 3-1) y frente a Audax (3-1), pero la irregularidad de sus rivales lo hace levantar nuevamente el trofeo.
A duras penas repuesto de la escisión sufrida en 1925 con la creación de Colo Colo, el poderío del cuadro “magallánico” de esta época provenía del amateurismo, más precisamente del Deportivo Ñuñoa, que en sus filas contaba con algunos seleccionados nacionales. Como sea, el tricampeonato conseguido por los albicelestes sería una marca que perduraría en el tiempo, pues sólo fue igualada por Colo Colo en 1991.
Pero en ese tiempo no fueron los albos quienes rompieron la supremacía de Magallanes, sino Audax Italiano, que en 1936 plasmó todo lo bueno que había hecho en temporadas anteriores. Con una gran base integrada por hijos de inmigrantes, los itálicos se titularon campeones en un torneo de dos ruedas que sólo reunió a seis equipos y que vio el nacimiento de las fusiones profesionales, pues Santiago y Morning Star formaron Santiago Morning.
Al año siguiente cayó la primera estrella profesional para Colo Colo, que desde su creación y en tiempo récord se convirtió en el equipo más popular de Santiago. A la gente la subyugó no sólo el nombre -fonéticamente muy atractivo- y la constitución de un club formado por dirigentes y jugadores de clase media, sino también su arraigo con lo autóctono (lo que lo alejaba de los clubes “ingleses”) y su manera agresiva de jugar, tónica que se ha mantenido a lo largo de la historia del club.
Son 75 años del torneo chileno: un motivo de fiesta, cómo lo ha sido el desarrollo de esta historia de emoción y esfuerzo en las canchas de nuestro país.



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